LAVADO DE MANOS




   Lavarse las manos es como una vacuna “autoadministrada”. Implica cinco pasos simples y eficaces (mojar, enjabonar, frotar, enjuagar, secar) que puede seguir para reducir la propagación de enfermedades diarreicas y respiratorias, a fin de mantenerse saludable.

    Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU, la higiene de las manos es el medio más importante para prevenir los contagios de diferentes infecciones. Fomentar el lavado de manos en los más pequeños, intentando crear con ello un hábito de vida saludable es necesario para esta prevención. 
   
   Que el lavado de manos sea de calidad depende de unas directrices que las enfermeras escolares hacen llegar a todos los alumnos cada vez en edades más tempranas. Estas directrices son:


¿Cuando nos debemos lavar las manos?


  • Antes, durante y después de preparar la comida.
  • Antes de comer.
  • Antes y después de atender a alguien que esté enfermo.
  • Antes y después de tratar una cortadura o herida.
  • Después de ir al baño.
  • Después de cambiarle los pañales a un niño o limpiarlo después de que haya ido al baño.
  • Después de soplarse la nariz, toser o estornudar.
  • Después de tocar animales, sus alimentos o sus excrementos.
  • Después de manipular alimento o golosinas para mascotas.
  • Después de tocar basura.
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